¡Sobreviví al fraude telefónico!
¡Nada escapa a mi sagacidad!
Jauja. Diez de la noche.
Reina: la llaman de Banamex.
¿A las diez de la noche? No mm, esos de plano no descansan.
Con mi dulce voz y gran motivación por atender una llamada del BANCO a las DIEZ de la NOCHE contesto – ¡Asunto! – jajaja, (lo pensé, pero no lo hice), sólo dije – Sí, diga – y bueno, se suelta un joven a hablarme sin parar sobre las ventajas de una promoción que me ofrecía Banamex gracias a mi fabulantástico historial crediticio (sí claro) y a informarme que, gracias a que yo era muy apreciada era por el banco (pobre tipo, se nota que no sabía nada sobre mis cansadas experiencias) me hacía merecedora a una oferta sensacional: sólo por 1.50 pesos al día (o sea, ganga precio) en caso de que yo me quedara desempleada o muriera o yo que sé, el banco se haría responsable de mis deudas… No es mala idea ¿verdad? Y bien, si estaba dispuesta a pagarlo, sólo tenía que darle el número de seguridad de mi tarjeta de crédito… fue, en ese momento donde pensé: sí claro, ¿que más? ¿pavo? ¿mis ahorros?, ya sabes, yo trabajo y tú te gastas el dinero. En fin, el tipo aseguró que me llegaría información vía postal sobre la promoción y que ya tendría más datos. –Ok- le dije. En cuanto tenga los impresos, te aviso ¿sale? Gracias BYE.
Claro, tú les das tu número de seguridad, ellos se compran una moto por Internet (es real) y luego tú te ves envuelta en trámites legales infinitos para que el banco te cubra por fraude…
Habitantes listos, truchas, atentos: adviertan a sus abuelos, abuelas, padres, madres, hermanos, hermanos, amigos, amigas y conocidos o conocidas que no revelen datos personales a personas desconocidas por teléfono, suenan bien pero son el mal!!!!!!!!!!
Saludos.
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